¿A quién no le gusta escuchar una pieza de música bien interpretada?

Interpretar música a nivel profesional es probablemente una de las actividades más exigentes y complejas dentro del ámbito laboral; no sólo porque se necesite “buen oído” sino porque además se debe tener una salud física muy entrenada y cuidada, casi tanto como un deportista.

Cada partitura y cada instrumento, o más bien el instrumentista, tiene que seguir unos patrones de movimiento muy rápidos y complejos, manteniendo el tempo y el espacio entre nota y nota, entrada y salida. Son movimientos físicos que se tienen que estudiar, aprender y memorizar para poder ser ejecutados con una gran precisión una y otra vez. Es un esfuerzo tanto físico como sensorial, que los músicos acompañan, además, con gestos para trasmitir las emociones que ellos perciben y conseguir que el auditorio sienta algo similar.

¿Cómo lo consiguen? Los músicos profesionales empiezan su formación a edades muy tempranas. A los 5 ó 6 años inician su camino y, según avanzan en su aprendizaje, se encuentran con largas jornadas de ensayos, con más o menos complejidad y, una vez que inician su etapa laboral, añaden la ansiedad por la perfección, el miedo al fracaso y una alta autoexigencia.

Todas esas horas de práctica, el mantenimiento de posturas forzadas, la intensa repetición de movimientos, la competitividad laboral y el gran esfuerzo por la perfección, provocan que los músicos sufran una serie de problemas de salud que incluyen, entre otros, trastornos músculo-esqueléticos, problemas auditivos, distonías focales y enfermedades relacionadas con el estrés.

Pero todas estas dolencias y enfermedades no están recogidas en el cuadro de enfermedades profesionales español, lo que hace que los músicos profesionales no sean atendidos correctamente, debido a la falta de profesionales sanitarios especializados, lo que provoca que las dolencias vayan a más, hasta el punto de tener que dejar su actividad profesional.

Desde Fundación Ampararte queremos trasmitir todo nuestro apoyo a los músicos profesionales, dar visibilidad a su problemática y sensibilizar a la sociedad.

Os recomendamos la lectura del libro “Congreso Nacional sobre enfermedades Profesionales de los Músicos”, de la Cátedra Asturias Prevención de la Universidad de Oviedo, en colaboración con la Asociación de Músicos Profesionales (AMPOS), estudio que pretende dar a conocer las patologías que sufren los músicos en el desarrollo de su actividad profesional y las dificultades y condiciones de trabajo con las que se encuentran, con el fin de lograr el reconocimiento de los riesgos laborales y patologías asociadas a la profesión musical.

El pasado día 22 de abril acudimos, Maite Menéndez Villa, Presidenta de Fundación Ampararte y Ana Saráchaga, Directora de la Fundación, al acto de presentación del libro en el Instituto de Prevención de Riesgos Laborales.

 

Junto a Francisco Revert García, músico y ex-secretario de la Asociación de Músicos Profesionales.

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